CONTROL DE TU VIDA

La disonancia musical, es decir, esa nota que se sale por fuera de lo normal, de lo consonante (vean que utilizo un lenguaje más “light” para que nos entendamos), es un recurso musical que bien empleado puede otorgar a la obra una guinda interesante si buscamos precisamente ese estado más disonante, ese tinte que nos puede poner en un momento de tensión. Lo podemos crear a través de un acorde con tensiones, a través de un intervalo (distancia entre notas) melódico (notas consecutivas), o incluso utilizando saltos determinados, a través de un intervalo armónico (notas simultáneas). Por ejemplo, un salto melódico disonante es el estribillo de “Los Simpson”, o un acorde disonante lo encontramos en la introducción de la obra “El Amor Brujo (Fuego fatuo)” de Manuel de Falla.

Por cierto, si te interesa conocer un poco más acerca de intervalos, disonancias y otros recursos musicales, puedes empezar escuchando mi podcast “Conviérteme en músico”. Si deseas una atención más personalizada para aprender a componer, aunque no tengas ni idea de música, puedes escribirme a mi correo laboral (info@jocrije.com). Aunque si eres como yo y prefieres no utilizar los correos corporativos para evitar que entren en la carpeta de spam y demás, puedes directamente enviarme un correo a mi cuenta personal de Gmail (joserico1979@gmail.com), ya que estamos en confianza.

Continuando con la temática que veníamos desarrollando, la historia está en que, en determinados momentos musicales o estilos, la disonancia juega un papel bastante interesante, pero si lo aplicamos de manera abusiva y sin tener en cuenta el género y el estilo musical puede resultar molesto.

Extrapolando a nuestra vida, la disonancia podría simbolizar al cortisol, una hormona que se produce en la glándula suprarrenal, que se libera como respuesta al estrés y que es fundamental en situaciones de peligro para provocar esa reacción en nuestro organismo. Sin embargo, si no existe un peligro real, la liberación de cortisol nos puede levar a un estado de estrés, ansiedad o depresión, por el hecho de haber creado una realidad ficticia, o porque ante un problema determinado optamos por el camino más autodestructivo en lugar de pensar con serenidad y buscar las mejores soluciones. No permitas que en tu obra musical de la vida la disonancia aparezca cuando tú no la deseas. Sé consciente de que en momentos puntuales es incluso hasta necesaria, pero sólo en momentos puntuales y de una forma moderada. No dejes que te gane terreno, no te conviertas casi en un adicto al cortisol. Por supuesto que aquí viene la pregunta del millón:“sí, todo lo que dices me parece muy bien, pero... ¿cómo hago yo para controlar al famoso cortisol?”.

Bueno, todo lo que trato de mencionar a lo largo de este libro precisamente está dirigido a mejorar tu calidad de vida y, por supuesto, a bajar los niveles de cortisol: hacer ejercicios de relajación, tener una alimentación adecuada (sin olvidar el omega 3), hacer ejercicio físico, descansar adecuadamente, escuchar buena música, desarrollar pautas para controlar la mente, entre otros. Ten en cuenta que es algo similar a lo que debe hacer un deportista, que entrena varios músculos diferentes de su cuerpo para tener finalmente un equilibrio en su definición muscular general.

Si estás interesado en adquirir mi libro "Siete notas que transformarán tu vida", puedes conseguirlo ahora mismo através de este enlace"


>